Esta web, cuyo responsable es Bubok Publishing, s.l., utiliza cookies (pequeños archivos de información que se guardan en su navegador), tanto propias como de terceros, para el funcionamiento de la web (necesarias), analíticas (análisis anónimo de su navegación en el sitio web) y de redes sociales (para que pueda interactuar con ellas). Puede consultar nuestra política de cookies. Puede aceptar las cookies, rechazarlas, configurarlas o ver más información pulsando en el botón correspondiente.
AceptarRechazarConfiguración y más información

arroyosanchez

Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial en cualquier forma, por cualquier procedimiento o medio, sin el permiso previo, del autor.
Esta obra y su contenido están protegidos por la Ley la cual establece sanciones para aquellos que reproducieren en todo o en parte, una obra literaria sin la autorización previa, expresa y por escrito del autor.
Código de registro: 1708233347976

Un joven estudiante se enamora de su maestra de física. A lo largo del curso trata de conquistarla, mientras se enfrenta a sus problemas y a su trastorno obsesivo compulsivo. Este libro trata de retratar algunos de los problemas que existen en el ambiente universitario.

Extracto:

Pienso que la felicidad sólo se alcanza en momentos. Pienso que vivir para ser feliz es una tontería, quisiera explicarme de mejor manera, pero para mí, la felicidad no es un objetivo, sino una fase, un momento, un espacio que existe a veces entre un estado de normalidad y otro, o a veces, entre dos estados de tristeza.

Ahora estoy feliz, pues acabo de leer esto y me hace recordar lo feliz que fui al ver la sonrisa de la maestra. Comúnmente estoy normal, ni feliz, ni triste y no me siento culpable de no ser feliz en todo momento. Pero eso no lo entendía antes.

Antes pensé yo, que ser feliz continuamente, en todo momento, siempre, era el objetivo. Cuando estaba normal, me sentía culpable, ¿por qué no me siento feliz, me preguntaba yo mismo respondiéndome siempre que tal vez no estaba aprovechando mi vida.

Pero después aprendí lo ya dicho, la felicidad es un estado pasajero al igual que las estaciones del año, no es perpetua, muere y vuelve a renacer, y no hay nada que te haga más infeliz que buscar la perpetuidad de esa forma de sentir. Ni el invierno, ni el otoño, ni la primavera ni el verano son eternos.