No sé si renaciendo en el ocaso, pueda llamarse memorias de alguien o para alguien, al menos no es el fin de ellas, más bien es el inicio de comenzar por algún lado, sentarme entre los árboles de este entramado llamado viva, dejar que el sol en el crepúsculo penetre su follaje, arrullándome, para hacerme mirar el mundo desde otro horizonte, desde otra perspectiva, otros aires.
Poder mirar en el horizonte los sueños que deseo emprender, con el saco cargado de recuerdos que jamás podre dejar atrás.
Muchos buscan en terapias, o medicina alterna, la cura a sus fracasos, a sus angustias, a sus miedo, yo pretendo en la soledad conmigo misma, silenciar las preguntas sin buscar respuestas a la sencilla palabra Vivir.