Normalmente hablar de tristeza escandaliza y aterra a la mayoría de las personas. No es aceptada como un sentimiento humano, sino vista como un monstruo que se debe esconder muy profundamente en nuestro pecho para que nadie más lo vea. El problema de esto, es que le damos motivos y espacio para crecer y apoderarse de nuestro cuerpo enteramente, hasta que al final somos nosotros el monstruo.
La tristeza es más bien como una compañera para la soledad, debemos dejarla salir desde que nace, desbordarnos en llanto hasta que no quede nada, aceptar que nos persiga en la ducha, o en las madrugadas cuando no podemos dormir, llevarla cuando salimos con amigos, sentarnos en medio de la sala, reflexionar y escuchar lo que nos quiere enseñar, luego cuando ya no tenga más que llevarse de nosotros, abrirle la puerta y aprender. Lo bueno de quedarnos vacíos es que tenemos la oportunidad de llenarnos con nuevas cosas, sólo tú decides si quieres quedarte vacío o llenarte de cajas vacías y ladrillos que sólo estorben.
Es muy común que no sepamos expresar nuestra tristeza, dejarla salir, que no entendamos ni qué sentimos. Por eso en “Poemas de amor desesperado para desesperados sin amor” he tratado de recopilar algunos de los casos donde la tristeza se liga y esconde con otros sentimientos, y principalmente con el amor; La tristeza del amor, melancolía, resentimientos tristes, añoranza de una pérdida, sentimientos de un rompimiento.
Los poemas sin métrica, carentes de rima, sin ningún tipo de orden que están escritos en este poemario me gusta llamarlos arte, pero arte abstracto, sin medidas, sin reglas, sin limitaciones y sin estar enmarcados dentro de lo que debe ser un poema o no, únicamente respaldados por sentimientos reales.
“Poemas de amor desesperado para desesperados sin amor” está fuertemente inspirado en la gran obra de Pablo Neruda (20 poemas de amor y una canción desesperada) al igualmente inspirado en los poemarios de Elvira Sastre, intentando dar un aire clásico y moderno a la vez. Cada poema y cada palabra no han sido más que sentimientos puros que mientras nacían los transformaba en palabras, por lo que hace que haya puesto gran parte de mi cuerpo y alma en este proyecto.
Cabe destacar el énfasis en que, la tristeza y la depresión no son para nada un juego, no todos la sentimos igual ni en la misma magnitud, somos humanos y es tonto creer que todos sentimos lo mismo; pero el caso es que, se debe recurrir a un especialista, cuando las cosas sobrepasan lugares que se escapan de nuestra capacidad y necesitamos ayuda externa.