Esta web, cuyo responsable es Bubok Publishing, s.l., utiliza cookies (pequeños archivos de información que se guardan en su navegador), tanto propias como de terceros, para el funcionamiento de la web (necesarias), analíticas (análisis anónimo de su navegación en el sitio web) y de redes sociales (para que pueda interactuar con ellas). Puede consultar nuestra política de cookies. Puede aceptar las cookies, rechazarlas, configurarlas o ver más información pulsando en el botón correspondiente.
AceptarRechazarConfiguración y más información

Yomar Flores

Nos encontramos ante una sociedad que espera lo mejor para esta nueva generación que viene creciendo; estos son nuestros hijos, familiares, entre otros allegados y amistades, que al mismo tiempo procuran nuestro mejor aporte. Es esta nuestra nueva responsabilidad ante todos, nuestro nuevo compromiso ante la consciencia y la humanidad. Debemos ayudarles a vivir en un mundo mejor y este mundo nos corresponde crearlo con nuestra propia voluntad y empeño, porque aún no está hecho.

La salvación del país depende única y exclusivamente de nosotros mismos, para que la sociedad cambie primero debe cambiar el individuo y luego cambiará la masa. Porque además que es individual esta responsabilidad, también se puede ejercer de manera fusionada, pero si trabajamos todos juntos por el mismo fin. La salvación del país está en tus manos y en mis manos, es decir; en nuestras manos, en las manos de todos. Debemos crecernos y autodesarrollarnos en el lugar donde nos encontremos colaborando con nuestro propio granito de arena.

Haciendo un buen uso del libro y reflexionando acerca de los temas aquí plasmados, entonces este lugar podrá ser mejor al que conocíamos y en definitiva podrá ser mejor al que conocemos.

No hay un rincón que no sea tocado por la convulsión y los antivalores que corroen a todas las instituciones y al ser humano, queriendo decir con esto; debemos ser mejores personas cada día; poniendo en práctica la autocrítica, es decir la crítica constructiva para con nosotros mismos, sin juzgar a los demás que de eso se encargan las autoridades humanas y la Ley Divina en su defecto, sino más bien debemos juzgarnos a nosotros mismos. En definitiva, debemos hacernos autojuicio cada vez que sea necesario y preguntarnos: ¿Cómo lo estoy haciendo?, ¿Lo estaré haciendo bien?, O ¿Lo estaré haciendo mal?, Y ¿Cuáles son las consecuencias de mis actos? Que te brinde ayuda tu conciencia hermano y te responda.

El fin de este tratado es que sea una luz en el camino, una estrella en el firmamento, queriendo decir con esto que; es tanta la necesidad de luz en este mundo, que una luz demás no está de sobra. Espero estas palabras toquen lo más profundo de tu corazón, y que a la vez sirva de apoyo en tu camino que es único y muy particular.