Es un acontecimiento afortunado para nuestras vidas hacer un hito en el camino, una pausa en la angustia diaria de nuestro trasegar, un paréntesis en nuestros compromisos laborales y sociales para atender el llamado de la sangre, para reencontrarnos, conocernos y reconocernos, para estrechar no solamente los lazos familiares sino los de la amistad, para examinar con alguna atención nuestro pasado, deteniéndonos deleitosamente en los momentos felices logrados y lamentar un poco los infortunios y desdenes de la suerte y de la vida.
Cuantas alegrías han transcurrido por nuestras vidas y también cuantas tristezas, en los buenos y malos momentos seguramente hemos estado unidos al menos espiritualmente, hemos sido solidarios, pero hay detalles que no conocemos y que en esta reunión podemos comentar.