El desarrollo de un país requiere de profesionales que tengan experiencias ya probadas que permitan la solución de problemas de índole práctico, que los procesos dinámicos de hoy estén a la vanguardia de la tecnología de hoy en día, cónsonos con esos avances en todos sus sentidos.
Educar bajo la óptica de las competencias es un reto para los docentes venezolanos del presente siglo, porque requieren de una fuerte preparación tanto ideológica, psicológica, emocional con habilidades y destrezas, que con su probada calidad humanística permitan guiar a un sinfín de jóvenes aprendices en el difícil arte de aprender un quehacer. Insertando hoy en día el uso de las tecnologías de información y comunicación en el aula de clases, cambia completamente el panorama, haciendo del proceso de aprendizaje una “Complejidad” como la define el autor Edgar Morín en su obra la introducción al pensamiento complejo, es por ello que el dominio de técnicas, estrategias, didáctica entre otras hacen del ejercicio de la profesión docente uno de los oficios más complicados de dominar sus estados del arte.
Desde esa inspiración nace esta obra a título de los autores, de buscar una forma de dar un aporte, una orientación hacia esos procesos educativos tradicionales que sean transformados en oficios y que requieren que los estudiantes dominen el arte de aprender esa labor práctica diaria, que les permita emerger como sujetos ontológicos emancipados, que brinden soluciones factibles a la sociedad que tanto requiere de ideas, aportes, sugerencias prácticas en pro del desarrollo nacional.
Los autores